martes, 17 de febrero de 2015

Cambia tu vestido...


 "Aconteció al tercer día que Ester se vistió con su vestido real y se puso de pie en el patio interior de la casa del rey, frente a la sala real. El rey estaba sentado en su trono real en la sala real, ante la puerta de la sala". ESTER 5:1.

  Me llama la atención que en la Biblia al hijo pródigo su padre ordenó que se le cambiaran las vestiduras, la reina Ester un vestido real, a Josué... ¡La importancia del vestido!.
  Las mujeres nos arreglamos, nos gusta lucir bien, estar bellas, ¡sobre todo yo!, me encanta estar hermosa.
 Pero, por más que uno se arregle, por más que uno se maquille, por más que intentemos retener aveces ésa juventud, el ser humano sigue siendo como una flor que se marchita.
 ¡Ésa es la realidad!.
 No quiero poner a nadie triste, ni quiero decir con esto que no se arreglen.
 ¡Por favor por su bien y el de otros arréglese!.
 Pero todo al final es vanidad, todo lo que se convierte en una obsesión es vanidad.
 Aveces veo programas de televisión en las que veo como las personas se estresan por intentar mantener un estatus, donde las mujeres se agobian intentando mantener el "listón alto" a base de malgastar el dinero, compararse con otras, intentar aparentar, comprando vestidos caros con los que creen que cambiarán sus vidas, pero luego no es así.
 Alguien preguntó una vez: ¿Cuántos bolsos necesita tener una mujer?.
 Y sinceramente yo también me pregunto cuántas cosas necesita tener un ser humano para ser feliz.
 Intentamos vestir lo de fuera aveces para disimular lo mal que esta lo de dentro, pero sinceramente el mejor vestido viene del interior, si no eres feliz por dentro, te aseguro que puedes llenar tu armario de abrigos de zorro, o avestruz de 6.000 euros y seguirás siendo la persona más pobre e infeliz del mundo.
 ¿Dios da riquezas?, ¡sí!, pero también nos da la sabiduría de saber administrarlo.
 No voy a pretender saber todo, pero sé que estoy aprendiendo, en proceso y sé que estoy en el mejor Camino.
 Cambio de vestido , no es sólo de apariencia sino por dentro, de mentalidad.
 La Biblia dice que la mujer es corona de su marido, pero creo que ningún hombre cuerdo quiere una mujer que lo arruine...
 Gracias que Dios existe y en Él podemos ser realmente felices, tener dignidad y encontrar nuestro verdadero valor más allá del vestido o del precio del vestido.


"Asimismo, que las mujeres se atavíen con vestido decoroso, con modestia y prudencia; no con peinados ostentosos, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos". 1 TIMOTEO 2:9.

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