miércoles, 1 de abril de 2015

Puertas abiertas...


 "Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron". HECHOS 16:26.

 Si contara todo lo que éstos ojos han visto... No tendría tiempo suficiente para escribir todos los libros que quiero escribir.
 Una noche, estuve en un calabozo, por un delito que no cometí, resulta que el otro chico del calabozo de al lado, después de haber insultado a la Policía, pegado golpes, gritado... No supe que hacer, símplemente oré y empecé a hablar con el chico, que intentaba intimidarme con sus palabras.
 Me dí cuenta de que símplemente era un chico mayor asustado.
 Lo curioso es que hablando con él se tranquilizó y cuando dejaba de hablar con él preguntaba a ver si yo seguía ahí.
 En medio de la noche de repente, escuché al chico salir de su celda, yo leí en la Biblia acerca de puertas abiertas y aunque sinceramente esperaba que la que se hubiera abierto fuera la mía, resultó que fue la del chico la que se abrió.
 Me quedé sorprendida, y la Policia también, hasta hoy, no me explico lo ocurrido, sólamente sé que si las puertas de ésa celda se abrió, entonces no hay ninguna puerta que se pueda cerrar en mi vida si Dios ya la abrió.

 "Porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios". 1 Corintios 16:9.

 "Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos". San Juan 10:9.

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